Las manos puestas, hecho palomas reposadas por sobre el pecho. La llena melena, revuelta, caída a lo largo de las espaldas por sobre los hombros. Las ropas, largas, muy finas, tela delicada y volable, tocaban livianas, el suelo. Los ojos mirando siempre en una única dirección. Los pies, pequeños y delicados, delcazos, sobresalían bajo el vestido antedicho. El blanco predominaba.
Sus manos percurrían el cuerpo. Moldaban, tocaban. No pocas veces causaban dolor.Pero su mirada buscaba algo más. Buscaban aquel soplo que, incauto, dá la vida. A veces lamentaba. Su llanto era conmovedor. Su sonrisa, alentadora.. Y el amor que echaba, sustenido por un hito de la alegría en querer y la frustación de no tener engrandecía y rellenaba de gloria su alrededor.
Me había hecho así. Me sentía - y yo lo sentía- así.
quinta-feira, 27 de novembro de 2008
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Tu gota de amor aquí...